Hoy tengo el placer de compartir con todos vosotros y vosotras lo que una alumna de primero de Magisterio en la Universidad de Valencia, ha escrito durante sus primeras prácticas. Una carta dirigida a nuestro querido Ministro Wert desde lo más hondo del corazón, desde la pura vocación de una futura maestra convencida de que otra escuela es posible. Una carta llena de sentimientos y buenas razones en defensa de una educación integral del ser humano. Una carta que todo docente deberia releer un par de veces para impregnarse de esa ilusión, vocación y motivación de los primeros dias de docencia, de los primeros dias compartidos aprendiendo de nuestros alumnos y alumnas.
Hoy la carta os la escribe Blanca Davó Orts, futura maestra con ganas de cambiar el mundo y la educación. La podeis seguir en twitter como @blandavo y seguro que nos sigue deleitando y contagiando con muchos más posts a partir de ahora. Porque es su momento, es la hora de empezar a compartir con todo el mundo que la profesión de maestro y maestra es un regalo, es un honor y como buenos profesionales debemos hacer lo mejor por nuestro alumnado y sus familias.
Yo estoy muy orgulloso de ella, no solo por lo que escribe, sino por lo que es y será, por lo que hace, por lo que me enseña, por lo que comparte y por todo lo que se desvive por la gente que se encuentra a su alrededor. Espero que podais difundir esta carta y que podais hacerle todos los comentarios que querais que seguro que son muchos y le animan a seguir en el camino que ha tomado. Un abrazo y aquí va su carta:
«Estimado» Sr. Wert,
Con motivo de sus últimas (e igual de poco acertadas que las anteriores) declaraciones sobre las asignaturas plásticas, creativas y musicales del currículum actual, me gustaría dirigirle unas palabras.
Esta semana, he empezado las prácticas del primer curso en el Grado de Maestro/a en Educación Primaria. A todo esto, ¿ha pasado usted, alguna vez, más de media hora en un colegio?
Yo he tenido mucha suerte con el mío: el CEIP Jaime Balmes de Ruzafa, el barrio donde vivo.
Durante esta semana y la que viene, acompaño a Mili, la «seño» de 1° en su tarea de educar a 24 pequeños y pequeñas de seis años.
La mayoría de estos niños, cabe decir, son extranjeros, o bien de padres extranjeros. Pero esto se convierte en un dato irrelevante cuando ves lo inteligentes, cariñosos y respetuosos que son todos con todos.
Hoy, viernes, nos hemos ido de excursión a un museo. ¡A un museo, Sr. Wert! ¿Usted sabe lo que es?
Le sorprenderá saber que estas pequeñas cabezas llenas de imaginación y curiosidad por el mundo que les rodea, con su energía desbordante y sus infinitas ganas de aprender, se han portado fenomenal.
Tendría que haber visto, Sr. Wert, sus caras de sorpresa, de emoción, de duda. Era pura inspiración. Y lo que han aprendido, Sr. Wert… Qué es un bodegón, un retrato, un desnudo (sí, sí, ¡un desnudo!), han aprendido sobre la historia de algunos cuadros, de Sorolla… Y no piense que venían de cero, eh. Ellos ya conocían a Miró, a Gaudí, a Van Gogh, a Picasso… ¿Le suenan estos nombres? Los niños y niñas de 1° podrían contárselo sin ningún problema.
Pero ahora usted nos viene diciendo que esto, el arte, distrae a los chavales de las demás asignaturas. Y yo le digo que, una vez más, se equivoca. Hoy han aprendido historia, pintura, han aprendido valores, ¡hasta matemáticas! Cultura general, Sr. Wert, cultura general.
Estos niños y niñas, además, saben ya leer y escribir, hablar con coherencia (no como algunos políticos, vaya), saben resolver problemas matemáticos y realizar operaciones sumando y restando, incluso llevando, Sr. Wert. Todo esto con seis añitos, SEIS. Son unos campeones. ¿Y dice que el arte les distrae?
Tendría que entrar en un colegio, en un aula de primaria. Las clases están llenas de eso que usted odia. Son color, son vida. Porque arte hay en todo, y eso les inspira. Porque el arte hace la educación de los peques mucho más fácil. Porque nunca quieren dejar de experimentar y crear.
Le invito, Sr. Wert, a que pase un día en un colegio y verá, entenderá de lo que le hablo.
Ahora mismo, como estudiante de Magisterio y futura maestra, todo lo que sale de su boca últimamente me perjudica, a mí y a mis compañeros. Y somos muchos, créame. No nos explicamos qué tiene usted en la cabeza para decir las cosas que dice, para hacer las cosas que hace.
Deje a los maestros y maestras hacer su trabajo en paz. Deje que, gente como mi seño, pueda ver cómo las escuelas se convierten en lugares en los que de verdad se aprenda después de toda una vida luchando por una escuela mejor.
Y váyase, Sr. wert, váyase. Que nos tiene a todos hasta el moño ya.
Pd. Mire, mire las fotos… ¡Menuda distracción más negativa es el arte, eh!Blanca Davó Orts (@blandavo) Alumna de 1º de Magisterio de la Universidad de Valencia