Desde que tuve la suerte de tener a Nit, mi hija, cada vez tengo mas claro que la escuela publica debe hacer el esfuerzo de volver a un modelo de escuela mucho mas respetuoso con el individuo donde la confianza depositada en el alumnado sea la premisa del proceso de enseñanza-aprendizaje. La pedagogía activa cuyo mayor exponente es Maria Montessori, permite al alumnado ser concebido como un individuo capaz de tomar decisiones, capaz de desarrollarse en libertad respetando sus necesidades, ritmos, inquietudes y motivaciones. Esta pedagogía nos permite ser respetuosos con nuestro alumnado y entenderlo como personas capaces de aprender, descubrir, experimentar, realizar hipótesis, demostrar, poner en marcha su creatividad y construir conocimiento.
Cada vez creo menos en el modelo de escuela tradicional donde el alumnado es agrupado en base a su edad e incluso en base a sus capacidades segregando y e incluso estigmatizando a nuestro alumnado en base a sus capacidades. Si consiguieramos dar un paso más allá basado en el respeto mutuo quizás nos planteariamos un modelo de escuela diferente, una escuela abierta, activa y basada en las necesidades reales de nuestro alumnado, donde el maestro tiene un rol completamente distinto al que ha tenido hasta ahora. Si realmente creemos que el alumnado debe ser el protagonista de su proceso de aprendizaje y este lo concebimos como un camino a recorrer lleno de experiencias, nosotros como docentes, deberiamos favorecer los espacios adecuados, con los materiales adecuados, para que nuestro alumnado pudiera experimentar, manipular, jugar, descubrir, curiosear, preguntar, tocar e incluso destrozar, cometer errores, ensuciarse, caerse, levantarse…
La pedagogía activa no implica acabar con el currículo tal cual lo entendemos, no implica no establecer límites y dejar de cada uno haga lo que le da la gana y cuando le de la gana, no es eso. La pedagogía activa en una escuela publica deberia reinventar el modelo de escuela favoreciendo espacios de aprendizaje reales, tanto dentro como fuera del aula. Deberiamos pasar por un proceso de creacion de ambientes preparados y relajados, cargados de materiales montessori que favorecen el aprendizaje autonomo por descubrimiento. Deberiamos lograr convertir nuestras aulas en espacios con materiales bien clasificados y ordenados, donde el alumnado podria experimentar y aprender sin el agobio de nadie. Tal cual yo me lo imagino, el profesorado realmente podria convertirse en un acompañante, guía, compañero capaz de dialogar con el alumnado y aprender de el. El profesorado, se convertiria en la figura de un tutor completamente individualizado. Cada alumno y cada alumna se podria programar con ayuda del maestro todo aquello que quiere lograr a lo largo de la semana y seria el maestro el que haria haciendo esa observacion y ese seguimiento. Si realmente creemos que el alumno o alumna no quiere hacerlo es que quizás no confiamos lo suficiente en ellos. Esta claro que esto no es un proceso de un dia para otro y que esto no se puede conseguir en dos años. Pero si desde la etapa de infantil se les respeta, se les escucha y se les deja hacer, estoy convencido que ningun niño o niña se quedaria estancado ni decidiria dejar de seguir aprendiendo, porque el niño, por naturaleza desea con ansia aprender, descubrir, experimentar, y superarse.
Evidentemente pasar por este proceso de transformacion en nuestras escuelas supone un cambio radical, eliminando barreras tanto fisicas como psicológicas. Pero lo mas importante de todo ello es que conseguiriamos un cambio realmente importante y significativo. Deberiamos lograr espacios reales de aprendizaje. Imaginemos un centro, con aulas preparadas repletas de materiales bien preparadas y adecuadas, cercanas a la realidad, bien decoradas y cargadas de estimulos atractivos que inviten a la curiosidad y la creatividad. Imaginemos aulas con materiales adaptados a la edad de nuestro alumnado. Imaginemos aulas ambiente, un aula basada en la experimentacion, otra aula basada en materiales que favorecen el aprendizaje de las matematicas, otra aula ambiente basado en materiales que favorecen la lectura por placer, la escritura creativa… Otra aula que favoreciera el juego simbolico, la expresion corporal, el arte, la musica… No creo que todo ella sea tan complicado de conseguir si previamente todo el claustro pasara por un proceso de reflexion, investigacion y acción. Repito, no es facil, pero conseguiriamos una transformación brutal. Además podriamos convertir nuestros patios en espacios autenticos de aprendizaje donde experimentar con la naturaleza y el entorno que nos rodea. Imaginemos ademas que en estos espacios pudieran entrar las familias para acompañarnos en este proceso de aprendizaje. Crear también un espacio adecuado para las familias donde poder debatir, leer, escuchar, e investigar sobre el proceso que estan viviendo sus hijos e hijas.
Con todo ello, nuestro alumnado tendria una experiencia vivencial de aprendizaje que le ayudaria a crecer y convertirse en verdaderos ciudadanos criticos capaces de aprender por si mismos, descubrir, cambiar y modificar todo aquello que no les gusta de su entorno. Educariamos para ser, educariamos para transformar realidades. Educariamos para la tolerancia, el respeto, el apoyo… El proceso de educar se convertiria en el proceso de aprender y crecer. La pedagogía activa se puede llevar a nuestras aulas, se puede llevar a una escuela publica donde el curriculo se seguiria cumpliendo. Una escuela para todos y todas donde realmente la diversidad fuera una fuente de riqueza y no un problema. No pretendo saltarme el currículo, para nada, pero creo firmemente que hay otra forma de aprender. Creo y confio en el alumnado y en todo su potencial siempre y cuando se les deje sacarlo, sin prisa pero sin pausa. En ocasiones simplemente lo unico que necesitamos es tiempo y respeto. Cualquiera de nuestros alumnos, nos lo creamos o no, tienen ganas de aprender, de descubrir, de hacer, de cambiar.
Por todo ello, creo que la pedagogía activa debería llegar a nuestras escuelas, a las escuelas publicas que son las unicas capaces de garantizar una educación para todos y todas. Creo firmemente en la interacción entre las personas de distintas edades como una fuente inagotable de aprendizaje compartido y es por ello que creo que este tipo de escuelas podrian cambiar y transformar nuestra sociedad acercando la realidad del dia a dia a nuestras aulas y dejarlas que se conviertan en auténticos espacios de aprendizaje y no en salas de laboratorio artificiales donde no pueden decidir, no pueden opinar, no pueden ser respetados sus ritmos, inquietudes y necesidades y solo el profesor es el que sabe lo que debe hacer, cuando hacerlo y como hacerlo. Realmente, podemos cambiar nuestras escuelas, todo es cuestión de dialogar, reflexionar, investigar y pasar a la acción aunando esfuerzos, tanto desde la escuela como desde las familias y el entorno haciendo partícipes a toda la comunidad de este proceso de transformación.
Que os parece… ¿Estoy loco? Me gustaria que pudieramos debatir sobre ello. Siento si quizás no me he explicado bien en algún aspecto, estoy un poco espeso esta mañana, pero con vuestros comentarios podriamos ir aclarando y mejorando toda esta idea.
Un abrazo
Dicho adi, suena genial. Mi vida docente se mueve a diario entre las ganas de cambiar cosas y lo impuesto. Cada vez que leo cosas asi me falta la aplicacion. ¿como? Contadme como se aplica, a diario, ejemplos, actividades, hora a hora, minuto ….quiero creer q es posible pero me pierdo en la teoria.
Lo felicito por el artículo, espero poder aportar desde Colombia.
Saludos