Hace unos meses quizás no me encontraba en el mejor momento, tan solo rondaban por mi cabeza toda esa serie de ideas por las que todo el mundo se encuentra de bajón, se puede encontrar triste o simplemente no puede vislumbrar un motivo para ser feliz. Estamos rodeados de situaciones incómodas, de situaciones que nos hacen ver el abismo a la vuelta de la esquina, situaciones que nos impiden ver los motivos que realmente nos pueden hacer felices en esta vida, situaciones que a más de uno nos pueden llevar a la depresión más absoluta.
Es cierto que la situación que estan viviendo cientos y miles de familias en nuestro país y en el resto del mundo es muy pero que muy dura y precaria. Es cierto que hay ciento y miles de personajes públicos que se están beneficiando de toda la situación que estamos viviendo. Es cierto que estamos gobernados por los mercados y por la especulación. Es cierto que quien más roba es el que más sigue robando. Es cierto que tenemos un gobierno incapaz de pensar en quien más lo necesita y se preocupa por rescatar y librar de la cárcel a los auténticos responsables del problema. Todo eso es cierto.
Pero también es cierto que tenemos muchos motivos por los que sonreir y ser feliz. Lo difícil es descubrir esos motivos. Gracias a Dios he tenido la suerte de compartir una vez más un Campamento rodeado de 72 personas explendidas, desde los 7 hasta los cincuenta y pico años (muy bien llevados por cierto). He tenido la suerte de poder desconectar y aprender de todas estas personas a descubrir todos los motivos por los que puedo sonreir y ser feliz. He podido gozar de 12 dias desconectado de toda información negativa vertida por los medios de comunicación, 12 dias aislado y simplemente centrado en que todos esos chavales y chavalas que confían en nosotros, pudieran disfrutar al máximo de cada uno de los momentos.
Siempre he pensado que los campamentos, tienen un poder especial, tienen algo mágico que nos pueden ayudar a superar ciertas situaciones. Y así ha sido. He tenido la suerte de compartir reflexiones con chavales y chavalas de entre 14 y 17 años sobre un libro que nos puede venir muy bien a todos y todas. Juntos, hemos leido «El caballero de la armadura oxidada» y juntos, como si de tertulias dialógicas se trataran hemos aprendido a descubrir cuales son nuestras armaduras, los motivos por los que nos las ponemos y cuales son los verdaderos motivos para ser felices. Juntos hemos descubierto que hay mucha gente a nuestro alrededor a la que a diario ignoramos, que no somos capaces de escuchar ni de valorar, y que cuando conseguimos pararnos, deternenos, y abrirnos a los demás, entonces descubrimos esa magia. La magia de estar rodeados de gente que nos quiere, nos aprecia, nos valora y quiere lo mejor para nosotros. Ahora solo toca buscarlos cuando los necesitamos y cuando no los necesitamos, escucharlos, valorarlos, y aprender a cada momento.
Como maestro, me llevo mucho aprendido de este campamento, y creo que puedo seguir aprendiendo muchas cosas que me pueden ayudar en mi tarea diaria como docente. Si hablaramos de aprendizaje INVISIBLE, y fueramos capaces de cuantificarlo y evaluarlo, os aseguro, que todos los que hemos vivido esta experiencia, hemos aprendido mucho más de lo que podriamos haber aprendido en todos nuestros años de escuela. En 12 dias, estoy convencido, que hemos aprendido todo aquello que durante años la escuela a ido olvidando. Nuestra escuela ha olvidado que se trata de formar personas para un futuro incierto. Nuestra escuela ha olvidado que no se trata de acumular conocimientos para luego olvidarlos, nuestra escuela ha olvidado que lo realmente importante es dotar a nuestro alumnado de las herramientas para poder crecer de forma integral, adaptarse al entorno en el que se encuentra y sobretodo dotarlo de todo el potencial necesario para poder transformarlo. El eterno objetivo que deberia recuperar toda escuela es el de formar ciudadanos capaces de TRANSFORMAR su entorno.
Eso es lo que necesita nuestra sociedad, necesita ciudadanos críticos con espíritu de lucha, con ganas de transformar la sociedad en la que viven, con ganas de mejorar su mundo y el de que los rodea. Nuestra sociedad necesita ciudadanos vivos, felices simplemente por el hecho de SER, ese es un gran motivo para ser FELIZ. Soy feliz por ser. Nuestra sociedad necesita una nueva oleada de gente con ganas de luchar y cambiar el mundo, con ganas de ser feliz y hacer feliz a los demás. ¿Que hay gente que parece que busque lo contrario? Es cierto, pero eso no importa. Lo importante es que seamos conscientes de cuales son nuestros motivos para seguir adelante.
Yo he descubierto este campamento cuales son mis motivos. He descubierto que tengo muchos motivos para sonreir. He descubierto que tengo muchos motivos para ser feliz. He descubierto que tengo gente estupenda a mi alrededor que me quiere, que me valora y que me ayuda en el dia a dia. He descubierto, que un abrazo, una sonrisa, una canción cantada al oido… tiene mucho más poder que mil palabras bien recitadas. He descubierto que debo seguir aprendiendo a ser niño, a mirar como ellos, a vivir y a sentir como ellos. He aprendido muchas cosas, que no olvidaré nunca. Y todo ello, gracias a compartir 12 dias con niños y niñas estupendas, que han abierto su corazón, han confiado los unos en los otros, se han quitado sus armaduras y han sido ellos mismos, se han dejado llevar por los sentimientos, los han mostrado a los demás, han aprendido a decir te quiero, han aprendido a reir y a llorar, han aprendido a escucharse y valorarse, han aprendido a ser felices y a luchar por hacer felices a los demás. A TODOS ELL@S… GRACIAS, MUCHAS GRACIAS!
Mi meta hoy… SER FELIZ POR SER.
Cómo me alegra sentirte de nuevo así. Y notar que de nuevo tienes motivos para seguir adelante. De todos modos, siempre hubo gente que te quiso y que te dió buenos abrazos, aunque quizá no estábamos allí, tan cerca, en los momentos malos (es lo que tiene la virtualidad…).
Adelante, pues, con nuevos ánimos, que los vamos a necesitar, sobre todo los chicos este curso que viene. Hay que estar a tope por ellos. Besos, compañero!!!
Me alegro mucho de tu «vuelta». Y te deseo que consigas ese objetivo, porque como dice Isabel, lo tenemos dificil…. Aunque no imposible.