Ayer tuve la suerte de poder disfrutar de dos hermosos artículos escritos por dos grandes compañer@s. Lola Urbano (@NoLolaMento) nos deleitaba con: Yo no soy Finlandesa [Modo terapia ON] y Fernando Trujillo (@ftsaez) con Centros Finlandia.
Por su culpa, hoy estoy aquí tratando de reestructurar mis ideas y mis pensamientos. Estos dos artículos son magníficos, desde el principio hasta el final así que si teneis algo de tiempo, no os los perdais por favor.
Sin duda, el tema de Finlandia es algo a lo que casi cada semana los maestros y maestras acabamos recurriendo cuando nos planteamos que está pasando con la educación en nuestro país, y es que es realmente dificil no caer siempre en las comparaciones. Como muy bien dicen mis compañeros y he podido ir leyendo por ahí, no podemos ni debemos compararnos, del mismo modo que debemos hacer el esfuerzo de no ir por ahi comparando a nuestro alumnado haciéndoles sentir que son lo peor de lo peor. Y es que a mi me da realmente mucho miedo cuando nuestra mayor preocupación es la de parecernos más a unos u otros en lugar de pensar que es lo que estamos haciendo.
Realmente podemos aprovechar de las buenas experiencias y de lo que sucede a nuestro alrededor para crecer, para reflexionar pero nunca podemos intentar extrapolar una determinada experiencia a nuestra vida real. Y es que son cientos los factores que influyen en el mundo de la educación, y tan solo, si tuvieramos en cuenta el factor más importante… NUESTRO ALUMNADO Y SUS FAMILIAS, nuestra situación en las escuelas empezarían a cambiar. Estoy convencido, que tal como dicen Lola y Fernando, estamos ante profesores y centros Finlandia, sin irnos muy lejos, dentro de nuestro Estado y que demuestran a diario con su experiencia y su buen hacer que la educación realmente puede cambiar. Evidentemente, al igual que Fernando, pienso que lo realmente importante son los centros Finlandia y no los maestros Finlandeses, como muy bien dice:
» Si sólo tenemos francotiradores, en realidad dejamos al alumnado en manos del azar y no es el azar muy profesional normalmente.»
Eso si, me gustaría recalcar que es gracias a esos Francotiradores y a esas personas que luchan dia a dia por cambiar su centro, que un centro normal y corriente, puede llegar a convertirse en un centro realmente implicado con el entorno en el que se encuentra, abierto a las necesidades reales de sus alumnos, potenciando el trabajo cooperativo y sobretodo dando la posibilidad a las familias y alumnado de convertirse en los verdaderos protagonistas de esta película. Los Centros Finlandia que comenta Fernando, los forman profesores y profesoras de la talla de Lola, maestros y maestras preocupados por mejorar y llegar a lo más alto cada día, reflexionando a diario sobre lo que hacen y como lo hacen, preocupandose por cada uno y cada una de sus alumnas y sus familias y saltándose determinadas barreras y obstáculos que puedan llegar de más arriba. Y para conseguir esto, no hay más que cambiar nuestra propia ACTITUD, no es cuestión ni de tiempo, ni de espacio, ni de edad, ni de cultura ni de recursos, es cuestión de nuestra propia actitud y de la ilusión que pongamos en querer cambiar nuestra realidad.
Son quizás demasiados los factores que han convertido la situación de nuestro sistema educativo en algo desfasado y obsoleto, y es por ello que el cambio depende de todos y cada una de nosotras. El control no está en altos cargos o altas esferas, lo que sucede cada dia dentro de las aulas está bajo nuestro control y depende de nosotros que ese control pueda ser compartido o no con las familias. Desde luego, sin diálogo no hay cambio. Debemos hacer un alto en el camino y frenar. Debemos marcarnos un rumbo conjunto con los protagonistas… con los verdaderos protagonistas!!!! Solo entonces, deberemos buscar cambiar nuestra estupenda y maravillosa bicicleta por un tándem, que pueda ser conducido y movido por todos y cada uno de los agentes que colaboramos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestro alumnado. Y es que estamos demasiado acostumbrados a tirar nosotros del carro, cuando deberia ser algo compartido… eso si, para ello, quizás debamos tirar a un lado nuestra estupenda y maravillosa bicicleta, que al final, no es más que dejar de hacer lo que veniamos haciendo hasta ahora, reflexionar sobre lo que funcionaba o lo que no funcionaba, y empezar a emprender un nuevo camino, pero esta vez, dialogado y consensuado.
Por otro lado, hablar de Finlandia me produce mucho miedo… y es que lo unico que nos preocupa es estar mal o bien en un ranking que no sabemos muy bien para que vale… a mi lo que me preocupa, es que mis alumnos y mis alumnas puedan llegar algun dia a ser felices, a ser capaces de luchar por un mundo más justo y tolerante, a ser capaces de desenvolverse en un mundo cruel y lleno de injusticias, que sean capaces de resolver sus propios problemas y reflexionar sobre el camino a seguir. Finlandia será mejor o será peor, pero el caso es que es muy DIFERENTE! En lugar de centrarnos en ser o no ser Centros Finlandia, fijemos nuestros objetivos en cambiar la realidad en la que nos encontramos, en tratar de que todo el mundo que está a nuestro alrededor pueda llegar a ser más FELIZ y tratar de que aquello que hagamos en las aulas, tenga sentido… simplemente. Podemos lograr cambiar la educación, y depende de todos nosotros y nosotras reflexionar sobre quienes somos y a donde vamos, pensar si realmente lo que hacemos tiene sentido o bien lo hacemos porque es lo más cómodo para nosotros. Pensemos más en nuestro alumnado, quitémonos miedos a no cumplir programaciones absurdas e infumables y preocupémonos por generar espacios reales de aprendizaje donde nuestro alumnado sienta que aprender es aprender, donde sienta que cada uno tiene un camino y donde se sienta respetado y valorado como se merece.
Ni debemos, ni podemos ser Finlandia… lo que podemos y debemos ser es Maestros y Maestras preocupados por lo que hacemos cada día, capaces de reflexionar, de dialogar y de cambiar nuestra forma de hacer y de actuar. Es más sencillo de lo que parece, como muy bien dicen Lola y Fernando… es cuestión de ACTITUD, y eso es algo que se contagia, no algo que se impone, con lo que este cambio se ha de mover desde la base y no desde las alturas. Podemos contagiar el cambio, podemos contagiar actitud, pero no podemos imponer nuestra forma de pensar y de actuar. Nuestros centros cambiaran tarde o temprano, tan solo es cuestión de tiempo, ilusión y pasión por lo que hacemos. Y sin olvidar que aquello que hacemos, es POR y PARA nuestro alumnado y sus familias, ni por premios, ni por retribuciones extras ni por ser más bueno, más guapo o más famoso. Lo hacemos, porque queremos lo mejor para ellos y para ellas, porque queremos que sean FELICES!!! Y yo, me siento FELIZ, si estoy rodeado de gente FELIZ.
Un saludo y mil gracias por aguantarme 😉
Image: ‘V a u h d i k+a+s‘ http://www.flickr.com/photos/7294103@N03/4954711548