Gracias a los #tecnodeseos2011 propuestos por @EducaconTIC he podido llegar a una reflexión muy interesante vertida por @Manuelpielroja, docente al que invito que leeais tan a menudo como podais.
«Que las tecnologías sean tan invisibles que nos dejen ver el bosque»
Y es que demasiadas veces nos dejamos llevar por nuestro dia a dia, ya sea en positivo como en negativo, haciendonos ciegos a determinadas situaciones y realidades. Y es que por desgracia, si es verdad que la situación escolar a es la que tenemos, es verdad que los de arriba no hacen nada por solucionar las cosas, es verdad que no nos escuchan a los que estamos dentro, es verdad que también nosotros no hacemos todo lo que está en nuestras manos por cambiar las cosas, es verdad que somos los profesores quienes tenemos la posibilidad de cambiar el sistema y no lo estamos haciendo…
Muchas cosas son VERDAD, pero cuando dejamos que nuestro derecho a la pataleta no haga más que impedirnos seguir fijándonos en lo que es realmente importante, seguiremos siendo incapaces de ver el bosque. Hay una belleza increible que admirar y observar de nuestros bosques, pero en demasiadas ocasiones nos empeñamos en no querer verlo y valorarlo como se merece, y muchas de esas veces es nuestra propia ansia de hacer bien las cosas y pensar que sabemos que es lo mejor para nuestro alumnado en todo momento. Quizás muchas veces acertemos, pero también es cierto que muchas otras nos dejamos llevar por otros motivos. Ahora mismo son las TIC las que están en nuestro frente, ahora mismo son ellas quizás quienes puedan llegar en algún momento a nublarnos la vista, y es que, no por el hecho de utilizarlas, estamos haciendo mejor o peor nuestro trabajo. Conozco profesores y profesoras maravillosas que están haciendo cosas realmente increibles y fascinantes sin las TIC, pero también conozco otros que hacen cosas maravillosas y fascinantes con ellas. Y es que la cuestión, y quizás el peligro que le encuentro a las TIC en educación, es que se nos pueda subir demasiado a la cabeza. Y con esto me refiero a todo el tema de premios y demás a la excelencia educativa. Lo siento, pero me dan realmente mucho miedo. ¿Por qué? Porque quizás, el darnos cuenta o ser conscientes, de que tenemos muchos seguidores, que somos admirados, que somos premiados por determinados trabajos, quizás algún dia nos impida ver el bosque que tenemos delante y cuales son sus necesidades. Y es que podemos caer en la tentación de acabar diseñando actividades o procesos de aprendizaje, que sean realmente innovadores e impresionantes pero que tal vez no sea lo que nuestro alumnado realmente necesite. No lo puedo evitar, es un miedo terrible que tengo y al que no dejo de darle vueltas.
Creo que pocas veces nos paramos a observar y escuchar, a dejar tiempo para que las cosas y los errores se sucedan dentro la vida ficticia que tiene lugar dentro del aula. Se que no puedo cambiar el currículo de un plumazo y que no puedo cambiar la escuela a mi antojo. También se que se va a seguir desfavoreciendo a aquel alumnado que no tenga una serie contenidos absurdos e infumables aprobados a pesar de que realmente pueda tener toda una serie de competencias y habilidades adquiridas pero que no se evaluan. Y todo ello… me produce miedo. Miedo porque realmente creo que nuestro deber como educadores, es acompañar, guiar, ayudar, ofrecer, observar, escuchar y ESPERAR, y parece ser, que la palabra ESPERAR, en la sociedad en la que nos encontramos es realmente un problema muy grande para todos esos grandes olvidados y olvidadas por nuestras escuelas, todo aquel alumnado que por toda una serie de motivos, no tiene la suerte, o la posibilidad de estar al ritmo o al nivel que se le solicita estar, con lo cual, está abocado a un callejón sin salida.
Creo que los maestros y las maestras, sobretodo de las etapas de Educación Infantil y Primaria, tenemos la obligación de pararnos y reflexionar sobre que estamos haciendo cada dia. De ser consecuentes y coherentes con lo que decimos, hacemos y exigimos. Y es que no podemos olvidar que nos pagan para hacer BIEN nuestra tarea, y nuestra tarea es ayudar en el proceso de enseñanza-aprendizaje a todo nuestro alumnado, no tan solo a unos cuantos y unas cuantas, sea cual sea su condición o características. Debemos fijarnos en cuales son las necesidades e inquietudes reales de nuestro alumnado, de todo nuestro alumnado, pero también el esfuerzo de escuchar y valorar como se merecen a todas sus familias, aunque para ello debamos perder o trabajar horas de más (a pesar de que también nos pagan 5 horas a la semana). Somos los maestros y maestras de a pie los que podemos cambiar y debemos cambiar la escuela. Dejémonos de quejarnos de los de arriba o de los de abajo, y mirémonos más a nosotros mismos y mismas, siendo realistas y quitándonos la venda que nos impide ver la realidad, apartando todo aquello que nos impide hacer las cosas como toca. Confio plenamente en que podemos valorarnos como corresponde, olvidar que decidan por nosotros lo que es mejor o peor para nuestro alumnado y ser capaces nosotros de observar en toda su inmensidad y esplendor el bosque que tenemos delante, tratemos de cuidarlo como se merece, y seguro que ese bosque, crecerá en armonia y tranquilidad como se merece.
Las TIC, las TAC, metodologias inclusivas, rincones, talleres, aprendizaje cooperativo, Comunidades de Aprendizaje, Lecturas dialógicas… son muchas las cosas que podemos cambiar y que pueden mejorar nuestro aula y nuestras escuelas, pero no olvidemos, que primero debemos analizar el bosque, para saber que es primordial, y que nunca, pero nunca, nos dejemos llevar por premios, orgullo, alegrias, aplausos y reconocimientos. Seamos humildes, hagamos bien nuestro trabajo, y seamos felices por ello.
Hay muchas formas de cargarse un bosque… quizás demasiadas, pero también hay muchas formas de cuidarlo y disfrutar de él.
Un abrazo!
Imagen de Libertinus: http://www.flickr.com/photos/libertinus/75064037/