Entrevista a Rafaél Porlán en suplemento Aula de El Mundo por:
SARA POLO
Rafael Porlán Ariza nació en la capital andaluza. Ha escrito numerosos artículos y libros como ‘Ecología y escuela’ o ‘El diario del profesor’, que analizan el sistema educativo. Miembro de la red IRES, de investigación y renovación escolar, coordina la campaña ‘No es verdad’, un manifiesto pedagógico que critica el diagnóstico que se suele hacer sobre las causas del fracaso escolar
y sobre las soluciones que se proponen para afrontarlo. Es biólogo y doctor en Ciencias de la Educación. Catedrático de Didáctica de las Ciencias en la Universidad de Sevilla, es profesor en su Facultad de Educación.
Pregunta.– ¿Qué No es verdad de nuestro sistema educativo?
Respuesta.– La escuela española efectivamente está en crisis pero no por que falte autoridad, disciplina y cultura del esfuerzo. Nuestro manifiesto defiende que «no es verdad» que la escuela de ahora sea permisiva, que hayan bajado los niveles de exigencia, que los alumnos sean peores y que los profesores no necesiten formación.
P.– ¿Dónde radica el problema del fracaso escolar?
R.– Hay un fracaso oculto: la mayoría de los estudiantes obtiene el título sin un aprendizaje duradero y de calidad. Una educación centrada en los contenidos preestablecidos (en el libro de texto, realmente) uniformiza y trata igual a lo diferente. Una educación centrada en el estudiante reconoce y respeta la diversidad y trata de desarrollar a todos en todas sus dimensiones. El aula es un colectivo que trabaja, investiga y aprende y el centro ha de ser una comunidad viva y en desarrollo.
P.– ¿Qué cambios son necesarios?
R.– El desinterés y la apatía escolar que muchos estudiantes manifiestan es un indicador del sinsentido de demasiadas tareas escolares. Hay que promover una escuela que prime el aprendizaje duradero y de calidad frente al aprendizaje mecánico y repetitivo.
P.– En el manifiesto critican ustedes el aprendizaje de memoria…
R.– Memorizar sin comprender es, sencillamente, perder el tiempo. La diferencia es que antes ese absurdo quedaba oculto y ahora la actitud de muchos estudiantes lo pone en evidencia.