El jueves pasado empezamos con nuestros alumnos y alumnas de primaria el taller de robótica con el #mBot de #Makeblock. La verdad es que no sabia muy bien si pararme a escribir sobre ello o no pero bueno, aqui estoy intentándolo. Quizás muchos nos preguntemos si realmente esto de la robótica es necesario, es pasajero, es una moda o simplemente es un absurdo. Seguramente si nos pararamos a analizarlo todos tendriamos motivos para tener razón y no pretendo justificar ninguna postura acerca del pensamiento computacional y la necesidad de trabajar la programación en el aula porque realmente yo todavía no lo tengo claro 🙂
Pero si que me gustaria contaros una cosa y tratar de compartir con vosotros lo que realmente creo yo que puedo sacar de provecho de todo esto. La idea de hacer un taller de robótica en clase con alumnos y alumnas de todas las edades mezclados, desde primer ciclo a tercer ciclo nace de una inquietud personal de buscar algo divertido, visual y experimental para poder llevar a clase el aprendizaje vivencial basado en el ensayo-error y en el proceso de investigación real. Me voy a intentar explicar…
El objetivo de este taller no era que mis alumnos y alumnas aprendieran a programar, el verdadero objetivo es que fueran capaces de analizar una determinada situación, un reto planteado y ver como encontrar la mejor solucion. Para ello se enfrentaban a una situación nueva y compleja, con una serie de elementos que nunca se habian encontrado y con un nuevo lenguaje con el que deberian trabajar, y además en ingles! Lo importante aquí fue que mi tarea como maestro fue escasa, es decir, tan solo me dediqué a presentar a nuestro robot y presentar el problema. También les mostre como funcionaba la aplicacion que iban a utilitzar y como se hacia para que este se pudiera conectar al robot.
A partir de ahi… a volar, todos juntos, profes, alumnos y alumnas y familiares. Durante una hora y media tratabamos de ir solucionando los problemas que nos ibamos encontrando, siempre a través del ensayo-error, fijándonos en aquello que nos ha funcionado y valorando los pros y los contras de lo que ibamos haciendo. Estabamos todos en un plano de igualdad, nadie sabia más que nadie, de hecho, todos partiamos de cero y quizás eso fue lo más espectacular, ver como chavales de primero y segundo eran capaces de enriquecer la experiencia de aprendizaje de los más mayores, y viceversa.
Lo importante de este taller no es el lenguaje de programación en si, que puede ser interesante, pero a mi lo que más me importaba era la actitud de mis chavales y chavalas, de como se enfrentaban a un problema y como buscaban soluciones, viendo que el error es una oportunidad y no un trauma como les venimos transmitiendo normalmente. La necesidad de probar y experimentar, la necesidad de dialogar, observar, preguntar, escuchar… ¿Hace falta un robot para conseguir todo esto? Evidentemente la respuesta es NO, pero si que es verdad que a mi me gusta, a ellos y ellas les ha gustado y que era una cosa novedosa que desde un principio les ha motivado. ¿Se puede extrapolar esta experiencia a cualquier otro ambito y con otros materiales? Por supuesto, no es que se pueda, es que se debe animar y potenciar en nuestro alumnado la necesidad de investigar, experimentar y crecer en grupo en nuestro camino de aprendizaje, donde el error es una oportunidad y donde no hay que tener miedo a equivocarse, ya que lo importante es sacar lo mejor de cada uno para poder superar todos aquellos problemas con los que nos vamos a encontrar a diario.
Me gustaria poder escuchar vuestros comentarios al respecto. ¿Que pensais vosotros/as? Os dejo una imagen que vale más que mil palabras. Sus caras, al conseguir superar el reto no tiene precio y realmente creo que en el proceso hasta conseguirlo realmente hubo aprendizaje del de verdad 😉
Bueno os dejo aquí un video del momento 🙂