Quizás lo primero que se os pueda venir a la cabeza es que este es un post más sobre la actualidad política y todo lo que nos lleva aconteciendo desde el pasado 24 de mayo pero no es así. No vengo a hablar de política, como ya sabeis, a mi me gusta hablar de Educación. Una educación que en si misma lo que deberia hacer seria promover la transformación social y el cambio, lo que equivaldria a acabar diciendo que la Educación en si misma es la mejor herramienta para transformar nuestra sociedad convirtiendo a nuestros ciudadanos y ciudadanas en potencia en ciudadanos y ciudadanas capaces de reclarmar y exigir a los políticos de turno que hagan las cosas como deben y como el pueblo les reclama, en fin, acabarian haciendo política en primera persona, formando parte de los procesos de transformación necesarios para que el poder de la ciudadania se acabe imponiendo al poder de unos cuantos.
Pero a lo que vamos, insisto, este post viene a hablar de la Educación, y sobretodo de la Educación Pública, aquella que asegura que todo ciudadano y ciudadana puede acceder a ella sin importar nada en absoluto de donde viene, lo que piensan sus padres, madres y familiares, lo que tienen o dejan de tener… una educación que asegura que todos y todas estemos en un plano de igualdad. Y es por ese motivo que insisto que el cambio y la transformación no pueden venir desde iniciativas privadas donde solo tienen acceso unos cuantos y con esto no quiero decir que no esten haciendo un trabajo estupendo del que debemos aprender a diario, porque es muy cierto que yo estoy enamorado de muchos trabajos que estan haciendo tanto en centros privados, como concertados como públicos.
SÍ SE PUEDE es uno de esos lemas que hemos venido escuchando durante años y años, tal vez en diferentes ámbitos y que ultimamente se ha escuchado mucho en política. Yo vengo a decir que SÍ SE PUEDE cambiar la escuela pública y para bien y decir lo contrario, es engañar. Por suerte para mi, para mis compañeros y compañeras, para mi alumnado y sus familias, somos un centro participativo y con ganas de dialogar, aprender y transformar y es por ello que durante las últimas semanas venimos «DISFRUTANDO» de sesiones de formación en las que poder hablar, debatir y dialogar:
- sobre otras formas de aprendizaje,
- sobre dónde estamos, dónde estuvimos y dónde queremos llegar,
- sobre cuales son los sueños cumplidos y cuales nos quedan por cumplir,
- sobre la participación de las familias y la democracia en nuestro centro,
- sobre las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades con las que nos encontramos,
- sobre como podemos mejorar la realidad de nuestro alumnado, nuestro entorno y sus familias
- sobre como podemos mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje
- …
En una de estas sesiones, surgió la idea de si seria posible cambiar radicalmente la forma de enseñanza-aprendizaje dando un paso más allá y basándonos en la pedagogia activa, rompiendo con las estructuras tradicionales de horarios, grupos, libros de texto y demás. ¿Se podría hacer esto en una escuela pública? Tal vez lo primero que se nos venga a la cabeza es un… NO pero insisto, SÍ SE PUEDE, y decir que no es posible es ENGAÑAR. No estoy diciendo que no respetemos las reglas del juego, no estoy diciendo de privar a nuestro alumnado de lo que podrian conseguir en otro centro educativo, lo que estoy diciendo es que si es posible RESPETAR A NUESTRO ALUMNADO y buscar formas de aprendizaje basados en ELLOS Y ELLAS, donde se hagan responsables de su propio proceso de aprendizaje, donde los entornos que se encuentren en la escuela sean los mejores ambientes preparados y relajados cargados de materiales que fomenten el autoaprendizaje, la investigación, la acción, el aprendizaje basado en el ensayo-error, un aprendizaje nada memorístico. Ambientes capaces de promover la curiosidad, la creatividad y la iniciativa personal y cooperativa. Ambientes que fomenten la experimentación y aprendizaje por descubrimiento. Ambientes abiertos a todos los agentes de nuestra comunidad educativa a participar, aprender, cooperar y construir. Ambientes capaces de fomentar el diálogo y el aprendizaje entre iguales y no tan iguales…
SÍ SE PUEDE, quizás es muy complicado y quizás sea un proceso a largo plazo, pero no es IMPOSIBLE. No es imposible conseguir una escuela que respeta al ser humano, sus necesidades, sus inquietudes y sus ritmos, sin etiquetas y sin estigmas. Una escuela capaz de evaluar si realmente está consiguiendo lo que se propone, si realmente consigue que sus alumnos y alumnas alcancen las metas que conjuntamente con su maestro tutor o tutora, el cual haria de guia el mismo alumno o alumna seria capaz de ir superando. Una escuela capaz de sentarse en Asamblea por lo menos cada dos semanas donde poder compartir todo aquello que se sucede y que se puede mejorar, donde poder compartir los retos alcanzados, los problemas encontrados y una forma de resolver los conflictos.
Con todo esto, no estoy diciendo que no vaya a cumplir el CURRICULO que establece la LOMCE ni ninguna otra ley, lo que si tengo claro es que no voy a cumplir con lo que dictan unas cuantas editoriales que lo unico que quieren es lucrarse con la Educación de nuestros hijos e hijas, una editoriales que se creen que los maestros y maestras de este país somos imbéciles y nos tienen que decir hasta las preguntas que les tenemos que hacer a nuestros alumnos y alumnas, durante cuantos minutos y lo que debemos hacer a continuacion. Yo no quiero una escuela atrapada bajo las garras de la editoriales, lo reconozco, las odio 🙂 Quiero una escuela viva, una escuela libre, una escuela de todos y todas para todos y todas donde el eje principal de esta escuela sea el respeto y el amor por el alumnado y que fomente la participación activa de toda la comunidad en este proceso tan bonito y tan enriquecedor como es el proceso de aprendizaje de nuestro alumnado.
SÍ SE PUEDE y el que diga que NO… miente. Igual lo que pasa es que tenemos miedo, o falta de ganas, o un equipo que no está dispuesto a salir de su zona de comfort, pero no es motivo suficiente para dejar de luchar dia a dia, desde nuestra realidad más inmediata como es nuestra aula y nuestras familias para decir que ya vale, que se puede cambiar la educación en este país, que queremos que las cosas vayan por otros derroteros y que lo primero y más necesario es replantearnos la escuela que queremos, y para ello lo único necesario es ilusión, nada más.
Podemos y debemos cambiar nuestras escuelas, ya no por nosotros y nosotras, si no por ellos y ellas, nuestros hijos e hijas, nuestro alumnado, nuestras familias, nuestra sociedad.
Recuerdalo… SÍ SE PUEDE, y ESTÁ EN TUS MANOS HACERLO REALIDAD.