
Image: 'Dragonfly in a tree; "Stained Glass Dragonfly"' http://www.flickr.com/photos/28284386@N02/2681130749
En demasiadas ocasiones, la rutina del dia a dia o el agobio por conseguir cumplir objetivos o acabar con la programación nos hace olvidarnos de lo realmente imprescindible, de aquello donde realmente reside la magia del aprendizaje y del crecimiento personal de cada una de las personas que tenemos delante. Estos dias he tenido la suerte de levantarme muy contento, con muchas ganas de abrir los ojos y dejar tiempo a que sucedan las cosas, sin preocuparme por acabar o no las cosas que me podia plantear. Olvidándome de los horarios rígidos y viendo las posibilidades que me ofrecían mis alumnos y alumnas, y ver que es lo que ellos y ellas iban demandando. Y la verdad, han ocurrido cosas muy increibles que me gustaría compartir con vosotr@s.
Estos días han comenzado a traer los libros de texto, y como os podreís imaginar estaban deseosos por empezar a utilizarlos. Quería ver hasta que nivel eran capaces de ir resolviendo el libro por sí solos, y sinceramente, si les dejara solos, os puedo decir que el 80% del alumnado que tengo es capaz de hacerlo de manera autónoma y lo tendría acabado en cuestión de 2 meses. Son increíbles. La realidad es que han ido haciendo conforme se veían preparados para hacerlos, hasta el punto que se han tragado 2 temas de cada libro en cuestión de dos semanas. Lo más impresionante de todo esto ha sido la capacidad de explicarse entre ellos como resolver las actividades propuestas, se hacían los dictados entre ellos y ellas, se corregían las actividades (que no copiaban), se leían y se escuchaban… en teoría al final del libro de matemáticas serán capaces de reconocer el número 999… lo curioso es que hoy ya han descubierto todos estos números, y sinceramente, no hay quien los pare.
Es fascinante ver como los puedes llevar a la biblioteca y flipan cogiendo, mirando, ojeando, y leyendo libros. Desean devorarlos!!! Es una experiencia muy bonita cuando ves que tienen interes por leer, eso si, cuando ellos quieran, lo que quieran y cuanto ellos quieran. Si el texto se lo impongo yo, todo es distinto. Hay algo que también les gusta mucho, y es que al final del dia, los últimos 15 minutos de clase, nos sentamos todos en el suelo y yo les leo en voz alta. Ahora estamos leyendo la Ópera de «Iolanda» y están realmente fascinados. Empiezan a sacar ideas para montar la suya a lo largo del año y de la cual os iré informando a partir de las próximas semanas. También es verdad que tenemos ratos en los que tanto ellos como yo nos dejamos llevar por la inercia, ponemos música, y ellos se lanzan a bailar en mitad de clase. Quizás algunos o algunas piensen que bailar en clase es estúpido y una pérdida de tiempo, pero yo no lo creo. No hacen más que expresar sus emociones a través de las necesidades imperiosas de juego que su cuerpo demanda. Se abrazan, sonríen, se ayudan, se enseñan, se guían… cosa que de otra manera, no sucede.
Realmente me gusta verlos sonreír, me gusta verlos como aprenden los unos de los otros, como se dejan llevar por su entusiasmo, verbalizan lo que piensan, y cada día, se superan. Es cierto que muchas veces no es así, todos tenemos dias malos en los que no nos apetece trabajar o simplemente estamos desganados, a ellos también les pasa. Pero son capaces de darse cuenta, reconocerlo, y ver
que realmente valoras que al día siguiente vuelva a estar a tope. Y esto te lo demuestran con una frase muy sencilla: «Hoy si que estoy a tope, ¿verdad?» A lo que yo le contesto con una sonrisa: «Hoy estás de categoría».
Ojalá yo pueda escuchar cada día de ellos y ellas lo mismo: «Jaume, hoy estás de categoría».
Jaume, lo que cuentas… suena tan bien 😉
De esto a no usar el libro hay un paso. Si vuelves a leer lo que has escrito, te darás cuenta de que venir a clase a rellenar un tocho, no hace ninguna falta; para eso nos quedamos en casa, ellos y nosotros.
Lo interesante de venir al cole cada día es encontrarnos, aprender unos con otros y unos de otros. Imaginar cosas y hacerlas realidad. VIVIR JUNTOS.
Nosotros trabajamos por proyectos, que son el eje globalizador de la tarea y llevamos un libro de proyecto en el que cabe de todo, a propuesta de quien sea de todos y todas. La experiencia es la mar de interesante.
En cuanto retome el blog, tengo pensado contarlo.
Ánimo.
¡Me encantaaaaaa! Así que, si les quitamos el freno, van y ¡aprenden más deprisa de lo que toca! A ver si nos necesitan menos de lo que pensamos…
Un beso y ánimo con la ópera (que soy la última en enterarme jajajaja)