Las Comunidades de Aprendizaje, sin duda, son un paso adelante en el cambio del sistema, pero no tan solo del sistema en el que nos encontramos inmersos y muchas veces continuamos promocionando, si no también de la sociedad en la que vivimos. Las Comunidades de Aprendizaje, como podreis ver en toda una serie de artículos, videos y otros recursos que podreis encontrar aquí, son un buen proyecto planteado ante la necesidad real que nuestras escuelas plantean en el dia a dia. El problema es que no todos y todas estamos dispuestos a comprometernos ante tales proyectos, ya que la comodidad que muchas veces nos invade, o simplemente otras preocupaciones, no nos permite dedicar el tiempo, el trabajo y el esfuerzo que realmente solicitan.
Los resultados obtenidos en todos los proyectos llevados a cabo por muchos centros escolares, ya sean de infantil y primaria como de secundaria, se valoran muy positivamente y realmente, si lo que nos interesan son los resultados, no deberiamos dudar un instante en plantear este proyecto en nuestros claustros y centros escolares. Pero yo no pretendo plasmar aquí todo lo que las Comunidades de Aprendizaje suponen para la transformación de nuestras escuelas y de nuestros barrios si no que mi interés es dar un paso más allá. Viendo como solo el proceso de transformación de un centro en Comunidad de Aprendizaje no es suficiente para el cambio en nuestro sistema educativo, a pesar de que realmente, sea un GRAN PASO, MUY VALIENTE Y REALMENTE VALIOSO Y POSITIVO, para todos y cada uno de los que forman la comunidad educativa.
Las Comunidades de Aprendizaje, consigue abrir el centro a su entorno, y que realmente el entorno se sienta un miembro activo de la comunidad educativa. La participación y la democratización de las escuelas es increible, y es realmente digno de admirar, dando la oportunidad a todos y todas las personas, que por muchos motivos, no se habían conseguido sentir partícipes nunca de la escuela. Se pierde el miedo a las familias y gente del barrio. Las clases dejan de ser «sociedades cerradas» y dirigidas por un maestr@, si no que consigue que gente del barrio, de la universidad y de otros lugares puedan entrar y apoyar dentro de las aulas, aprovechando todas las ventajas y recursos que podemos aportar cada uno y cada una de nosotras. Pero el problema, reside en que a pesar de estos cambios sustanciales, quizás el problema siga persistiendo en la raíz, en clases magistrales donde «La autoridad» sigue dictando los planes de estudio bajo directrices de sus superiores, donde no se plantean cambios drásticos en el currículum y donde el libro de texto o fichas de estos siguen siendo el centro del plan de estudios. Muchos centros, Comunidades de Aprendizaje, y no Comunidades de Aprendizaje, ya están apostando por este cambio, por una verdadera transformación de lo que pasa dentro de las aulas, por ver realmente lo que es APRENDER y lo que realmente significa, por ver realmente que es lo importante para nuestro alumnado y no lo que es importante para nosotros.
Quizás, si nos plantearamos dar un paso más, podriamos hablar de «LIBERTAD» dentro de las aulas, de la autogestión, de la pasión, de la motivación… de la ILUSIÓN. Sin duda es un tema dificil, por el agobio en el que nos encontramos inmersos de acabar lo que unos cuantos dicen que acabemos y que es realmente necesario «aprender» para que nuestro alumnado se conviertan en ciudadanos de primera… Pero realmente, ¿nos llegamos a plantear que nuestro alumnado realmente «aprende» todo aquello que nosotros decimos que «enseñamos»? Quizás, si lo hicieramos más a menudo, nos planteariamos más que es lo que estamos haciendo con nuestro alumnado…
Nuestro alumnado, realmente se aburre en clase, todo aquello que pasa dentro de las aulas, nada tiene que ver con lo que pasa en su vida fuera de ella… ¿Y no hacemos nada? ¿Estamos realmente ayudando y colaborando para que sean ciudadanos que «viven» la democracia? Si fuéramos capaces, de plantarnos todos y todas y comenzar a cambiar nuestra forma de actuar dentro de las aulas, en el centro y en el barrio, entonces todo seria distinto y realmente todo empezaría a cambiar… pero, ¿Por que no lo hacemos? Por suerte, esto no es del todo cierto, y hay cientos de experiencias que así lo avalan. Nuestros alumnos y alumnas son plenamente capaces de decidir por ellos y ellas mismas, siempre y cuando les demos la oportunidad y se les guie y oriente para saber hacerlo, si nunca les damos esa oportunidad, evidentemente, nunca seran capaces de decidir que es lo que quieren.
Opino, sinceramente, que podemos empezar a dar pequeños pasos adelante, a cambiar las cosas, con cosas tan sencillas como valorar realmente como se merece nuestra faena, y para ello empezaría por empezar a desprendernos de comodidades y facilidades que no estancan como son los LIBROS DE TEXTO, que no hacen más que decidir por nosotros lo que es mejor para nuestro alumnado, y el del 80% de nuestro país. ¿Acaso los conocen? Evidentemente los podemos adaptar, pero seamos realistas… ¿realmente los adaptamos? o ¿acabamos dejandonos llevar por la rutina y acabamos siguiendo al pie de la letra lo que nos dice que hagamos? Eso si, de vez en cuando mandando algun trabajillo extra para casa o preguntando algo que no viene en el libro…
Confio, en que llegue el dia en que la autonomía de los centros llegue a ser real, dando la oportunidad de potenciar nuestras capacidades y replantearnos realmente lo que nuestro alumnado con nombres y apellidos, necesita. Pero colocándonos en el plano de la libertad, apoyándonos en proyectos como las Comunidades de Aprendizaje y optando por ofrecer y dotar de más libertad a nuestros alumnos y alumnas. Eso si, debe de haber un proceso de DESINTOXICACIÓN, si si, no me estoy equivocando, necesitamos DESINTOXICARNOS y DESINTOXICAR a nuestro alumnado de la marcha de la escuela hasta ahora, si realmente queremos que renazca una escuela nueva, debemos pasar por este proceso. Al principio, será dificil, pero poco a poco, los alumnos y alumnas comenzaran a vivir la libertad de decidir y actuar, comenzaran a sentir y a vivir lo que hacen, y es en ese momento, cuando nosotros seguramente, podamos decir, ahora si que estamos APRENDIENDO. Trabajar por grupos cooperativos… ¿es fácil? mucha gente lo deja de hacer a las pocas semanas… frase por excelencia: «Es que no saben, es que no paran de hablar, es que son muy competitivos…» Evidentemente, algo que no han hecho nunca, o algo que no saben como se hace… lo van a saber hacer de buenas a primeras? Pretendemos que nuestro alumnado permanezca callado y sentado en una silla, incómoda como nada, delante de una mesa y de fichas infernales durante 4 horas seguidas… ¿Es que estamos locos? Que tienen… ¿6, 8 años?
Empecemos por dar pasitos, para cambiar las cosas, sin miedo, hablando, dialogando, evaluando realmente lo que hacemos, dejándonos evaluar, abramos nuestras aulas y nuestros centros. Valorémonos como nos merecemos y dejemos de ser meros «peones de obra» que hacen lo que les mandan los libros de texto… Aprendamos a sentir lo que hacemos y a sentir lo que decimos, ayudemos a vivir con pasión e ilusión la enorme suerte que tenemos de acompañar al niño o niña en su camino de crecimiento personal, siendo un punto de apoyo con el que pueden contar y favoreciendo un entorno agradable, apacible, rico en recursos, organizado, bien estructurado y dotándo de la importancia que se merecen a nuestro alumnado.
Comunidades de Aprendizaje… SI, pero demos un paso más, no introduzcamos cambios tan fabulosos como los grupos interactivos, la participación y la democratización de la escuela dejándonos llevar por un currículo que nada tiene que ver con sus realidades. Todo esto, puede y debe cambiar… empecemos entonces por acciones concretas, aunque sean pequeñas, como puede ser… ESCUCHARLOS ACTIVAMENTE, a ver que pasa.
Otra escuela… SI ES POSIBLE.