Desde hace ya algún tiempo que tenia ganas de transcribir el diario que tuve la oportunidad de escribir durante mi viaje a la República del Congo, más en concreto, a un pueblo llamado LOUKOLELA. Fue una experiencia muy increible que me ha marcado para siempre, y que desde luego no pienso olvidar. Y que mejor manera de no olvidar y tener presente que compartir con todos vosotros aquella experiencia, experiencia que os recomiendo vivir algún dia. Antes de viajar, podia tener miedo de adentrarme en un Continente completamente desconocido, y además, con el handicap del desconocimiento del idioma, pero a pesar de todo, no queria perder esa oportunidad, oportunidad para conocer gente increible.
Mi viaje tuvo una duración aproximada de un mes, y eso es lo que trataré de transmitiros, una pequeña reflexión por cada dia, una pequeña reflexión para compartir con todos vosotros en base a lo que pude vivir entonces. Todavía tengo presente que el cambio tan radical de un mundo a otro, no es fácil, pero tampoco es imposible. Por ello, creo que como maestro no puedo olvidar que todo aquello que hagamos por nuestro entorno más cercano, acabará influyendo con nuestro entorno más lejano. Son muchas las cosas que podemos hacer por ellos, ya no es solo cuestión monetaria, es mucho más, podemos hacer el esfuerzo de documentarnos acerca de lo que allí está pasando y tratar de hacer conscientes a los que tenemos en nuestro entorno de que las cosas no pueden continuar igual. Debemos luchar por una revolución que realmente cambie el mundo en el que nos encontramos. Espero no aburriros mucho y si quereis más información podeis pasaros por la ONGD en la que me encuentro como «presidente» 🙂 pero que la verdad ultimamente un poco dejada. Desde la ONGD Unidos por África, una de nuestras metas, es difundir todo aquello que sabemos y conocemos, y tratar de contagiar todo lo que vivimos y esa necesidad de cambio… por ello, hoy comienzo esta nueva andada, la de transmitiros lo que fue para mi el viaje más increible.
DIA 23: «Comienza el viaje»
Hace ya 2 dias que dejamos nuestra casa para introducirnos en esta parte del mundo tan desconocida. Una noche muy tranquila la del dia 22, con muchas ganas u mucha ilusión por emprender nuestro primer dia en Brazzaville. Nos hemos levantado a las 10 de la mañana i hemos bajado a desayunar, desayuno muy completo, continental más o menos (ironia xD)
Tiempo más tarde, ya hemos podido disfrutar de la ciudad.Lo primero que hemos visto ha sido el munumento a Brazza, en la orilla del rio Congo. Las sensaciones al ver un lugar como este son muy impresionantes y dificiles de compartir. Por una parte, el contraste tan grande con nuestra Valencia natal, i por otro lado la presencia de gente muy rica y gente muy pobre, sin ningun tipo de nivel intermedio.
Hemos recorrido la capital en taxi, con paradas técnicas, como la del cambio de dinero en el banco del mercado negro. (Lo hemos cambiado desde el taxi) Paseando por las calles de la periferia es impresionante ver la suciedad de las calles, toda la gente vendiendo y haciendo sus trabajos en la orilla de la calle central, en el barrio de Poto-Poto (Traducido: Polvo), que es la única calle asfaltada, pero a pesar de todo, lleno de gente con una capacidad de sonreir fascinante. Es todo un placer el poder conocer otras realidades tan distintas de la nuestra y que a pesar de todas las dificultades, siguen siendo capaces de disfrutar todos los momentos del dia, o al menos, eso nos transmitian.
Las calles son riadas de taxis, donde la única ley que predomina es la de tirar adelante sin tocar a los otros coches.
Hemos conocido a Jac, un catalán con el que hemos tenido la suerte de tomarnos nuestra primera «PRIMUS» (Cerveza del país de 65 ml). En la comida, larga comida!!! hemos podido comprobar la diferencia de ritmos que llevamos nosotros los occidentales. Hemos podido «disfrutar» de un pollo que casi se podia cortar con una radial 😛 Pero bien, al acabar el dia nos hemos ido a cenar a la orilla del Rio Cngo, con las magníficas visitas de Kinshasha al otro lado y cenando un CHAWARMA.
Primer dia entero en Brazzaville i con ganas de que llegue el segundo. Esto es un mundo completamente diferente, me cuesta mucho entender i aceptar como puede llegar a ser tanta la injustica en esta vida. De la suerte que tenemos de tener todo lo que tenemos y que tan pocas veces lo valoramos como se merece. Las cosas deben de cambiar, y pueden cambiar, sin la necesidad de cambiar sus costumbres, necesidades e inquietudes, tan solo dejando de ahogarlos y perpetuarlos a vivir en la miseria. Tal vez, un dia, todos y todas podamos entender la verdadera felicidad de ser persona, compartir i respetar a los demás, deseando lo mejor a cadauno de los que tenemos la suerte de tener a nuestro lado y de los que no.
Ahora, ya es hora de irse a dormir, mañana será otro dia lleno de ilusión y seguro que de emociones, con ganas de conocer más de cerca la realidad que nos envuelve. Solo un problema, recordar nuestra forma de vida y compararla con la suya…
PD: Os dejo un artículo de la revista Mundo Negro donde sale una referencia a la persona gracias la que tuve la oportunidad de conocer algo más ese lugar… EL PADRE AMABLE